Había pagado una auténtica fortuna por cambiar de cuerpo con
Marta durante un día.
Marta estaba terminando de contar el dinero que le había dado
cuando me dijo:
“Aunque huyas con mi cuerpo no te servirá de nada, He implantado
bajo tu piel un microchip que me permitirá cambiar de cuerpo contigo en el
momento que quiera y estés donde estés”
La miré con tristeza y ella sonrió “La tecnología es
maravillosa, no pensarías que podrías huir con mi cuerpo y quedártelo para
siempre”
En ese momento terminó de contar el dinero, lo guardó en una
bolsa y lo dejó sobre la mesa. “Sólo tienes 24 horas, deberías aprovecharlas porque el plazo se
acaba y en un día volveré a mi cuerpo aunque te escondas”
“No me voy” respondí. “Y te
equivocas, pienso que puedo escapar con tu cuerpo y quedármelo para siempre.
También creo que me voy a llevar el dinero que te ha pagado porque lo voy a
necesitar para mi nueva vida”
“¿¿Y cómo piensas hacerlo?? mi cuerpo masculino es bastante más
fuerte que el tuyo”
“No hará falta que luche contigo.
Ya estás muerto. Justo antes de que intercambiáramos cuerpo me tomé una cápsula
de veneno que ahora mismo debe estar disolviéndose en tu estómago. Como tú
dijiste, la tecnología es maravillosa”
En ese momento mi viejo cuerpo empezó a retorcerse de dolor,
a vomitar espuma y sangre por la boca y cayó al suelo fulminado. Era un
espectáculo horroroso y tuve que taparme los ojos para no ver como fallecía el
cuerpo en el que nací.
Cuando Marta dejó de agonizar en el suelo, me levanté sobre sus
tacones recogí el dinero de la mesa y me marché para comenzar una nueva vida
como la vieja Marta.
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