Cuando los periódicos anunciaron que Marta sufría un cáncer
terminal el mundo entero se alarmó. Marta probablemente era la más bella, la
más inteligente y la mujer con más talento del último siglo.
Pero cuando se supo que en tres meses de reloj los médicos
desconectarían las máquinas que la mantenían con vida fue comenzó la subasta.