“Respeta el cuerpo de mi hija y
no fumes” me dijo el padre Laura.
Aproveché que se había acercado para echarle una bocanada de
humo en la cara.
“Yo la voy a cuidar, pero será culpa tuya lo que le pase. Si no me
pagas 1 millón de euros antes del fin de semana me voy a follar a su novio, a
los hermanos de su novio, al padre de su novio y hasta el perro de su novio. Y
a la siguiente semana tendrás que darme 2 millones o me follaré al barrio
entero” Le dije y le eché otra bocanada de humo en la cara.
Hacía un mes que había descubierto mi poder de bodyhopper y
había decidido que iba a usar mis nuevas habilidades para hacerme millonario y
no volver a trabajar nunca en la vida. Por eso había poseído el cuerpo de la hija
del hombre más rico de la ciudad y me había decidido a chantajearlo. El pobre
hombre no podía hacer nada para evitar el chantaje sin dañar el cuerpo de su
hija. Si me pagaba el rescate me iba a hacer millonario y si no pagaba me iba a
divertir como un degenerado en su cuerpo. Las dos alternativas me parecían
maravillosas.
“Eres tan idiota que no has
respetado la regla básica para un bodyhopper novato”
“¿Reglas? ¿Qué Reglas? Los bodyhopper no tenemos reglas y nada nos
puede detener”
“Repito, eres idiota. Has infringido
las tres normas básicas de un bodyhopper novato:
1ª) No poseas un cuerpo del que
no conozcas toda su historia
2ª) No chantajees a nadie del que
no conozcas su poder
Y tercera y la más importante:
3ª) NO poseas un cuerpo que ya
estaba siendo poseído por otro bodyhopper. Porque probablemente sea más
poderoso que tú y pueda expulsar tu alma y tu alma se disolverá en la nada.
Eres tan idiota y tan novato que
no has pensado que, lo normal, es que la hija del hombre más rico de la ciudad
y su padre tuvieran su cuerpo poseído desde hacía mucho tiempo por un bodyhopper
más veterano y por tanto más poderoso que tú”
Dicho esto, note como una fuerza del bodyhopper que habitaba
en el cuerpo de Laura despertaba y expulsaba mi espíritu de su cuerpo. Intenté evitarlo,
pero era incapaz de detener su empuje. Cuando estuve fuera de su cuerpo, me
convertí en un ser descarnado, alguien que moriría en pocos segundos si no conseguía
un cuerpo en el que habitar. Intenté poseer el cuerpo del padre de Laura, pero
era propiedad de otro bodyhopper y no pude ni acercarme. No había nadie a
kilómetros de distancia y mi espíritu empezó a disolverse en el aire, pronto moriría
y no quedaría de mi ni el recuerdo. Me lo tenía merecido porque había
incumplido las tres normas básicas de un bodyhopper novato.
Rayos! De seguro nadie le explico
ResponderEliminarSi, siempre es necesario guardar las reglas de seguridad
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